Una definición muy genérica de Inteligencia Artificial (IA) sería que es la combinación de algoritmos planteados con el propósito de crear software que presente las mismas capacidades de razonamiento que el ser humano. No obstante, atendiendo a la diferenciación que establecían los expertos en ciencias de la computación Stuart Russell y Peter Norvig tenemos cuatro tipos: sistemas que piensan como humanos, sistemas que actúan como humanos, sistemas que usan la lógica racional y sistemas que actúan racionalmente.

La Inteligencia Artificial está presente en muchísimos elementos que utilizamos a diario: el sistema de detección facial de nuestros smartphones, los asistentes virtuales como Alexa o Siri, el texto predictivo que usan las herramientas de Google Workspace o las recomendaciones de productos de Amazon son algunos ejemplos.

La gran diferencia entre un programa informático cualquiera y la IA es que esta última no depende de recibir órdenes para funcionar. Es ella la que genera resultados según los datos de los que dispone. La Inteligencia Artificial engloba otros conceptos profundos y complejos, pero que debes, como mínimo conocer. Hablamos de sistemas expertos, aprendizaje automático (Machine Learning), aprendizaje profundo (Deep Learning) o las redes neuronales.